sábado, 28 de noviembre de 2015

Atención, alarma, posible coche bomba en París.


He pasado unos días en Francia con mi padre,  hemos recorrido la Bretaña y decidimos volver un dia antes para pasar el día en París, pasear, visitar un restaurante (ya os contaré) y volver a ver esa preciosa ciudad.
En fin, después de dejar las maletas y comer en una Braseria clásica me dedique a andar por el centro de París, desde Les Grands Boulevards me acerqué hasta Galerie Lafayette y desde ahí fui andando hasta Saint Michel donde se encontraba el restaurante que queríamos visitar. (ya os contaré...)
En total fueron 3 horas pateando Paris...
A lo que voy... cuando me dirigía hacia el Sena, veo que la calle se encuentra cortada por una cantidad de policías impresionante. dos en bicicleta nos cortaban el paso con una cinta, 3 coches en cada lado de la calle impedían que ningún coche se acercara, el trafico desviado y al otro lado de la calle más de lo mismo...
En ese momento me paro a pensar, y no sé si echar a correr hacia mi izquierda y escapar de ahí o quedarme  mirando como la mayoría de personas que iban andando...
La verdad es que aún no entiendo que es lo que nos hace/hizo quedarnos ahí mirando como tontos. Parece mentira...
De repente oímos un estruendo, BOOOM!!!!
Se me heló la sangre, me acojoné nivel máximo. ¿Que coño hacia yo ahí, mirando la escena?
Estaba en París, en estado de alerta, la ciudad amenazada por los terroristas y yo ahí mirando como un tonto... Y si el siguiente protagonista de las noticias del mundo fuese yo...???
Me quede pensando durante un momento ahi quieto, mirando la situación esperando que nos dejarán pasar. A mi lado muchos franceses en la misma situación que yo, nadie corria, nadie gritó ni siquiera nadie cambió su ruta. Nos quedamos ahí quietos. en silencio, imagino que cada uno pensando sus cosas.
Al cabo de un rato, la policía habló por el walkie y pidió autorización para que nos abrir el transito a los viandantes. Le dieron el OK.
Retiró la cinta y seguimos nuestro camino, todos en silencio.
En medio de de la calle, había un coche negro aparcado, solo, quizás fue una falsa alarma, quizás la explosión fue controlada, no sé...
La cuestión es que por un momento me di cuenta en medio de una tarde muy agradable en París que todo puede pasar en cualquier momento.
En fin, que no paso nada... pero me di cuenta de que podría haber pasado...

miércoles, 11 de noviembre de 2015

TripAdvisor, la guía con mas trampas del mundo.

Me gustaria hablaros sobre TRIPADVISOR, ya sabéis esa aplicación que todos (o muchos) tenemos en el móvil en la que estamos a un solo click de descubrir el mejor restaurante de cualquier parte del mundo.
Sobre el papel, es una aplicación muy práctica, cómoda, rápida y gratis, Un chollo oiga...
El problema viene cuando el dinero y la miseria humana se juntan en esta hasta ahora bonita ecuación.
Posicionarte en los primeros puestos de TripAdvisor te asegura un flujo de clientes continuo, y variado, ya que suelen ser turistas los que más lo utilizan, es decir, personas que van y vienen y que seguramente no vas a volver a ver...
Es por eso que para estar arriba TODO VALE, desde crearte unas cuantas cuentas y empezar a poner buenas opiniones sobre tu restaurante, pasando por decirle a todos tus familiares y amigos que te pongan mas opiniones, pasando por premiar a tus clientes con cualquier artimaña para que sigan puntuando y cualquier estrategia que se te ocurra.
Me han comentado que hay empresas que cobran por poner comentarios positivos de uno... A mi no me lo han ofrecido, pero bueno...


¿Pregúntate porque un restaurante que lleva un año abierto tiene digamos... 15 comentarios y otro que lleva 6 meses tiene 120?
Las trampas no se quedan ahí, si ves que tu competencia no baja, le metes un par de pésimos y andando... es muy fácil, veras que rápido baja... solo tardarás 2 minutos en darle la estocada a tu competencia.
Hace poco un diario hizo una prueba y puso en numero 1 un restaurante que no existía, aqui teneis el enlace. 


Nosotros hace un tiempo intentamos estar arriba sin hacer trampas, enviamos un mail a nuestros clientes para que opinaran sobre AQ sin dar premios, sin sorteos y sin crear perfiles falsos, y conseguimos poco a poco subir bastante en los rankings, después vimos que otros restaurantes subian como la espuma con 2, 3, 4 y hasta 5 opiniones el mismo día, todas excelentes claro, y decidimos dejarlo estar, supone mucho estrés y dolores de cabeza.
Actualmente estamos en el numero 17, y bajando ya que al no tener muchos comentarios, irremediablemente vas bajando poco a poco.
No todo es malo, muchas veces te enteras de críticas que el cliente no se atreve a decirte en persona y prefiero mandarte el recadito vía comentario negativo. Hay que saber entender a tu cliente y darte cuenta de que no somos perfectos y de que no todo lo hacemos bien...
Ayer fuimos a comer a Barcelona y por curiosidad miramos el listado de TripAdvisor y de los 50 mejores de la ciudad, yo, que soy un frikie de esto solo conozco el que está en la posición 19 (Koy Shunka).
Mi recomendación seria la de fijarte en las fotos de los platos, esos no engañan, a veces lees comentarios como si uno fuera a un 3 estrellas Michelín pero las fotos son más de bar de menús de polígono.
Con esto no quiero decir que TODOS los que ocupan los primeros lugares hacen trampas, pero si ves que tiene pocos comentarios y TODOS son buenos... yo desconfiaría...  y aunque está claro que tarde o temprano alguien les castigará un pésimo y bajaran al fondo de la lista mientras tanto habrá otros espabilados que harán todo lo posible por estar arriba.
Mi recomendación cuando uno viaja, fiarse de guías profesionales  que no cobran por recomendar un restaurante u otro ( y esto lo digo por experiencia propia, AQ nunca ha pagado por aparecer en ninguna guia), fiarse del boca a boca, leer a los periodistas y blogueros serios o simplemente jugársela, dejar que el instinto te lleve... Pero yo, la verdad es que no me fiaría de TripAdvisor.
Salud y suerte!.

miércoles, 21 de octubre de 2015

Cocinandos

En nuestro periplo por tierras asturianas nos quisimos desviar hasta León para conocer la propuesta de COCINANDOS, un restaurante que conocíamos por oídas y "leídas" y que tenia muy buena pinta.
La propuesta es radical, un único  menú degustación compuesto por 6 medias raciones (a nosotros nos dieron 2 mas...) a un precio fijo de 41€.
El restaurante tiene una estrella Michelín y la verdad es que es muy muy merecida.
Una cocina sabrosa, reconocible, sencilla, original y sobre todo muy muy buena. 
Valió la pena el desvío y os recomendamos que si pasáis por la zona, os acerquéis y os deis un homenaje. 




Espuma de morcilla y compota de manzana


Mejillones thai


Plato que le cambiaron a Ana, Sopa de cebolla con falsa trufa


Roast Beef, esferas de queso y frambuesas ECO 


Plato extra, de verduras con huevo y panceta 

Arroz con pulpo y setas 


Presa de cerdo ibérico con lentejas


Frambuesas, choco blanco y mascarpone 


Leche, cacao, avellanas y azucar. 


jueves, 15 de octubre de 2015

Recuerdos gastronómicos de infancia 2. La comida en casa de los primos.

Un acontecimiento gastronómico en toda regla en mi familia era el día que íbamos a comer a casa de los primos del pueblo, en Cadillac, un pequeño pueblo a las afueras de Burdeos.
Mi tía tenia huerta, pollos, conejos, ocas... y cocinaba como los ángeles. Era enfermera y mi tio creo que carpintero aunque lo que siempre me repetían era que era Bombero voluntario.
La comida en su casa era lo que se dice un BANQUETE en toda regla. Mesa imperial gigantesca, mantel de hilo, cubiertos de plata, cristalería de Bohemia, y vajilla holandesa.


En la mesa nos sentábamos unas 16 personas, mis tíos y sus hijos, mis abuelos, mis primos y unos señores que no recuerdo que imagino que eran familiares de mi tía. De echo el comedor creo que solo se utilizaba una vez al año, en Navidades para recibir a la familia.
Al llegar teníamos el primer problema Romain y yo: recordar si en esta casa se daban 2 o 3 besos... teníamos verdaderas peleas internas para no ser los primeros de la fila, un autentico suplicio... una vez pasado este mini calvario teníamos que descalzarnos a la entrada, normas de la casa... y después ir a jugar con nuestros primos que veíamos solo 2 veces al año.
Yo en cuanto podía me escapaba a la cocina para ver que es lo que mi tía nos tenia preparados.
El menú en cuestión no pasaría ningún control dietético. Foie Gras, Patés, Ostras, Confits o Magrets de sus propios patos o ocas que mataba para la ocasión, aunque siempre había una minúscula ensaladera con guisantes o alguna que otra tontería verde  tipo guisantes y lechuga para acompañar una bandeja de quesos que ya la quisieran tener muchos restaurantes.
Seguía esperando a que nos llamaran a la mesa hasta el momento que nos tocaba y ahí me veía yo, en primera fila, en la zona infantil, a poder ser... lejos de mi madre y esperando la comida.
Como siempre mis abuelos se peleaban aunque menos que de costumbre, el resto de conversaciones:  batallitas de infancia, recuerdos de la guerra, anécdotas varias y mil y una alabanzas hacia los manjares y la cocinera, aunque siempre había (como en cada casa) el que no acababa de estar contento con lo que nos servían.
Una cosa que nunca faltaba era una botellita IMPRESIONANTE  de Sauternes para acompañar el Foie Gras, como sabían que a mi me volvía loco, me dejaban ponerme una copita, y os aseguro amigos, que eso era pura miel, Acidez, Dulzor y Complejidad unidas de la mano, todavía lo recuerdo.
Un autentico festival que podía durar 2 o 3 horas, pareciera que se iba a acabar el mundo, pero no solo por la cantidad, sino por la calidad. Mi madre no paraba de repetir que ya había suficiente comida y que no sacara mas; (cuando esa pobre mujer llevaba 1 semana preparando) yo rezaba (y en esa época ya era ateo) para que  nadie le hiciera caso. Y esa mujer, de mejillas sonrojadas, coleta y delantal siempre puesto, no paraba de entrar y salir de la cocina y sacar mas viandas, unos pichones, una Quiche Lorraine, un Melón de Cantaloup con Oporto en su interior, unos Creps de postre, era realmente La Grande Bouffe.
Después de comer nos arrastrábamos hasta los sofás Luis XV (hasta que nos echaban los mayores) donde estaba encendida la chimenea e intentábamos volver a ser personas. Entonces llegaba el momento de mi tío, mi tía y el resto de las mujeres se iban a la cocina a recoger, (mi madre que ya era feminista creo que no iba...), entonces mi tío abría su mueble bar en forma de globo terráqueo donde tenia una colección de licores de primer nivel, Cognacs, Armagnacs, Schnapps, Calvados, Whiskys etc... había de todo, ahí le servia a cada uno su copazo y seguían arreglando el mundo, se reconciliaban de la batalla de la mesa y echaban una cabezadita. Yo también había echado la mía.
Cuando ya había hecho la digestión nos íbamos de nuevo a la habitación de mis primos donde nos enseñaban sus juguetes nuevos, había venido Papá Noël y siempre era muy generoso con ellos.

FIN.

viernes, 25 de septiembre de 2015

Recuerdos gastronómicos de infancia 1. El Petit Suisse de Mamie.

Tengo el blog totalmente abandonado, un verano digamos un tanto movido me ha ocupado en cuerpo y alma, me he propuesto volver a escribir mis cositas. 

El Petit Suisse y todo el resto en casa de Mamie.



Uno de los primeros recuerdos gastronómicos que tengo es el de mi abuela en la cocina de su casa en Burdeos sirviéndome un Petit Suisse de esos que eran naturales sin azúcar, se desmoldaban en el plato y se les quitaba un papel que los rodeaba, imagino que eso denota una cierta edad.

Mi abuela, (Mamie) siempre me echaba mucho mas azúcar que mi madre, decía que si no no era bueno, también nos daba un Mon Cherie cuando ya estábamos acostados con los dientes lavados a escondidas de mi madre, la putada es que el Mon Cherie tiene ese papel tipo celofán que hacia mucho ruido… mi madre siempre nos descubría… pero demasiado tarde, el bombón ya estaba en la boca…

Mamie nos hacia un chocolate con leche que era una autentica pasada, nada que ver con esos que sirven que son espesos y calientes, sin ningún sabor a Chocolate. El de Mamie tenia tanto chocolate negro como leche, una autentica delicia, no he probado nunca otro igual.

El Pollo al horno era de matricula de honor, asado lentamente, cada poco tiempo se acercaba a su cocina, abría la puerta e iba regando el pollo con el jugo que iba soltando, crujiente por fuera, jugoso por dentro, y aparte una salsera con ese jugo que era una autentica joya.
Lo acompañaba con patatas fritas, bueno, todo lo acompañaba con patatas fritas ya que cada dia nos preguntaba que si queríamos y Romain y yo, contestábamos al unísono SIIIIII, pobre mujer… la de toneladas de patatas que le habremos hecho cargar, pelar, pochar y freir. Eso sí eran GENIALES, las mejores que he comido en mi vida, confitadas a fuego lento, cortadas con un cuchillo pequeño y de manera muy desigual, habían grandes y pequeñas acabadas en punta, de manera que los bordes eran crujientes y en medio eran muy muy tiernas… Creo que si me concedieran tres deseos uno seria un gran plato de patatas fritas de Mamie.

Habían mas cosas que nunca faltaban, como los aguacates con vinagreta, los camarones, las ostras, y los steack hachés, (como una hamburguesa pero de lujo), se hacia picar delante de ella el trozo de carne que mas le gustaba, y lo servía con unas chalotas picadas por encima, me parece todavia oirla decir, Venga venga… a la mesa que se enfria… y por supuesto la guarnicion no hace falta que os diga cual era.

Tampoco faltaba nunca en la mesa unos cuantos quesos y una ensalada verde para acompañar que siempre comíamos al finalizar la comida. Ah y los “eclair au chocolat”…

Mamie era feliz viendonos comer y acabar todo el plato y por supuesto alabando la comida cosa que Mamá nos recordaba siempre.

Jamás jamás jamás tomé un vaso de agua clara en su casa, decía que el agua era mala y había que darle un poquito de color, unas gotitas de vino rosado bastaban para convertir algo tan malo como el agua, en una bebida para poder comer. Recuerdo siempre a mi madre decirle: Vale, vale, vale… cuando Mamie nos servia el vino. A nosotros nos hacia siempre mucha gracia.


Recuerdos gastronómicos que van mas allá de la comida, 

viernes, 24 de abril de 2015

Curso de cata de vinos: Nivel NO tengo ni idea pero quiero aprender...





Se trata de hacer un curso de cata con poca teoría y mucha práctica, muchos vinos vamos….

En 6 sesiones, los jueves de 19h a 20h30.

Nada de complicarse la vida, nada de muchos tecnicismos, se trata de saber cómo apreciar los vinos buenos, y como diferenciar los vinos malos, of course… que haberlos haylos… y muchos…

Cada día habría una parte teórica cortita para ponernos en situación y después abriremos unos cuantos vinos para aprender de ellos.

1ª sesión. 14 de Mayo. Teoría de la cata de vinos y saber reconocer las diferentes sensaciones que podemos encontrar en nuestra lengua.
los “vinos de la casa”

2ª sesión: 21 de Mayo. La copa, la temperatura.
 los vinos blancos, afrutados, secos, corpulentos…

3ª sesión: 28 de Mayo.  El aroma  en los vinos.
 los cavas, desde los más jóvenes y explosivos hasta los más viejos y armónicos.

4ª sesión: 04 de Junio. El vino en el paladar.
 los vinos tintos, desde los más jóvenes, los corpulentos y los nuevos vinos tintos que más nos gustan.

5ª sesión: 11 de Junio. La moda, el estilo, el terroir y la tradición en los vinos.
los vinos dulces

6ª sesión: 18 de Junio.  Abrir una ventana al mundo y conocer todo lo que nos queda por aprender.
Jerez, Champagne, Borgoña…

Precio por persona 15€ por sesión + el coste de los vinos. (dependiendo del numero de personas y el precio pero intentaríamos que fuera inferior a 10€ por persona y sesión)

Para apuntarse al curso habrá que pagar los 90€ y cada sesión se pagará el coste de los vinos.

Para tener una primera toma de contacto el próximo 07 de Mayo  a las 20h nos veremos en el AQ  para explicar en persona y con una copa de vino como será el curso, para responder a  preguntas y de ese modo aclarar cualquier duda que haya.

Si crees que te puede interesar el curso ven el dia 07.

Si tienes alguna duda puedes llamar al 977 215 954 o enviar un mail a: aq@aq-restaurant.com 


Quintín (sumiller sin titulo) 

PD: Para realizar el curso necesitaremos un numero mínimo de 10 personas y como máximo el curso será para 16 personas.

sábado, 7 de marzo de 2015

Mantequeria Maravillas


Soy hijo y nieto de tenderos, de comerciantes, mi abuelo Emilio abrió este negocio en 1957, entonces era un Colmado, el Colmado Maravillas, ahí se vendían, lentejas,  leche fresca, huevos, pan de pueblo, salazones, licores, lejía y un sinfín de productos que no os podéis ni imaginar.
Mi abuelo murió en 1973, demasiado joven, se cayó de la escalera cuando estaba reponiendo las latas de sardina en escabeche, se dio con la cabeza en el mármol del mostrador y cayó fulminado. Mi padre cogió el relevo y le dio un cambio al negocio se pasó a llamar Mantequerias Maravillas, se dedicó más a los embutidos, chacinas, vinos, licores y quesos, poco a poco fue comprando cada vez mejores productos y se hizo con una clientela cada vez más selecta.
El negocio estaba en una calle que daba con la Gran Vía en pleno centro, la localización era muy buena, teníamos tanto a turistas como a un vecindario de clase social alta que se pirraba por probar los primeros Foie Gras, el Dom Perignon y las angulas.
Yo crecí rodeado de delicatesen, entre cajas de Vega Sicilia, Jamón Joselito, Espárragos cojonudos, Aceite de Oliva Virgen Extra, nos llegaban las fresitas del bosque, los primero kiwis, las alcachofas de Tudela, tenía al alcance de mi mano los mejores productos del mercado español.
Pero a partir de los 12 años, hubo un producto que me hipnotizó poco a poco, me refiero al QUESO, en aquella época disfrutaba con los quesos manchegos, desde los más suaves hasta los más secos, también los cremosos, los quesos frescos, llegaron los primeros Camembert, Brie y los primeros quesos de Cabra, el Roquefort, el Parmesano.  Yo pasaba horas y horas rodeado de ellos, tocando, oliendo, probando, leyendo, con 16 años era ya un mini experto en el mundo de los quesos. Sabía todo sobre los quesos españoles que dicho sea de paso, eran muy poquitos en aquella época.
Enseguida empecé a trabajar en la tienda, los estudios no me interesaban demasiado, prefería estar detrás del mostrador, atendiendo a las clientas, y sobre todo poder hablar sobre el queso, nuestros clientes entraban con una idea y se marchaban con la bolsa repleta de quesos, yo les preparaba mini tablas de quesos para que los fines de semana pudiesen disfrutarlos con sus amigos. Mi padre no me decía nada ya que veía que la cuenta les iba subiendo cada vez más, solo me reñía cuando veía que me enrollaba demasiado y que la báscula no funcionaba.
Me tocaba bastante los cojones servir jamón york, mortadela, chorizo, tenía que ponerme guantes ya que cada vez me daba más asco tocar los embutidos… me apestaban las manos. Aunque lo que más odiaba era vender quesos en barra de esos que llaman para Sándwich, tendrían que prohibirlos, eso es una aberración.
Con 18 años ya estaba totalmente volcado en el fascinante mundo del QUESO. Necesitaba un coche, me saqué el carnet de conducir y me compré un Renault de segunda mano.
Los sábados por la tarde en cuanto cerraba la tienda me iba a descubrir alguna zona donde se producen quesos, descubrí los quesos hechos en Grazalema, en la sierra de Cadiz hechos con leche de cabra payoya, en Asturias conocí el Cabrales, el Afuega’l pitu y La Peral, en Cantabria me quedé sorprendido con los Quesucos de Liébana, los Quesos de Nata y el Queso de Áliva con ahumado característico. En Cataluña viaje hasta el Pallars Sobirà para conocer el Tou de Til.lers y muchos más, el Tupí en la Valle de Aran, el de la Garrotxa y el Mató, en Extremadura la Torta del Casar y el de los Ibores, en Navarra el Roncal, en el Pais Vasco el Idiazábal y en Murcia el Queso al Vino.
Me convertí en un auténtico experto en quesos Españoles, mis amigos eran los productores de quesos y conocía pastores por toda la península, incluso conocía el nombre de la mayoría de sus perros. Lo tenía todo por escrito, por las noches hacia fichas de cada uno de los sitios visitados, con fotografías de los prados y de las queserías, nombre de sus propietarios y catas actualizadas de todos sus quesos.
Por supuesto que nunca tuve novia, no tenía tiempo para eso, nunca me interesó ese tema, estaba demasiado ocupado en “mis cosas”.
Conseguí jubilar a mi padre que de vez en cuando venía a echarme una mano pero ahora con mi supervisión, y transformé el negocio en una Quesería, desterré de ella todo producto que no fuera láctico y por supuesto también todo producto industrial, ya sabéis a que me refiero… no?
Me quedé solo en la tienda prácticamente vivía ahí, poco a poco fui reinvirtiendo el dinero que ganaba en ella, construí una bodega climatizada y cada vez tenía más y mejores quesos. Mis viajes de fin de semana y mis vacaciones como  adivinareis eran a Europa, principalmente a Francia, descubrí Francia, me volví loco.  Me obsesioné por conocer todas las regiones y el mayor número de quesos, el coche iba cargado de neveras portátiles y volvía con un cargamento que realmente daba miedo.
Una vez me paró una patrulla de la Guardia Civil y ví a uno de los agentes acercarse al coche tapándose la nariz, decía que olía mal… INCULTO… por suerte para mí me dejo marchar solo por no soportar el fabuloso aroma que emanaba de mi coche.
Entendí el queso, sabía perfectamente cómo se hacía cuales eran todos los procesos que sucedían en su elaboración.
Al cabo de 2 años cuando la tienda ya estaba bien equipada le incorporé una zona de degustación, nada, 4 mesitas donde poder disfrutar sirviendo mis quesos a mis amigos y clientes, tenia verdaderos fans que venían cada semana para probar las novedades que me traía de mis viajes por Francia. A esa zona la llamé FRANCHEESE, un juego de palabras entre Franchise (Franquicia en Frances), algo que nunca seria y Cheese Queso en inglés...
La mayoría de las veces la experiencia fue satisfactoria aunque he de reconocer que alguna que otra vez eché a patadas a algún que otro ignorante que venía pidiéndome una ensalada con queso de cabra gratinado, o ese Manchego semi INMUNDO que no quiero ni nombrar, entonces yo perdía el oremus y directamente les invitaba a dejar la mesa libre para que alguien con mas paladar que ellos pudiera disfrutar con mi trabajo.
La situación de los quesos en Francia y en España es diametralmente opuesta, si bien en Francia cada día hay más y mejores quesos, en España la realidad es que mis amigos productores no pueden con la cantidad de impuestos, trabas y normas que se le imponen, incluso se está hablando de PROHIBIR LOS QUESOS CON  CRUDA!!!!! os imagináis que sacrilegio supondría eso para los pequeños productores?.
Todas estas leyes y normas fueron promovidas por la industria quesera que seguro que untó a algún ministro o vaya usted a saber...
Las multinacionales del queso, están arrasando, publicidad en televisión a todas horas, cada vez "fabrican" quesos mas insípidos, con presentaciones más atractivas para los niños y precios más bajos.
Con todos estos factores muchos de mis amigos están dejando de "elaborar" quesos artesanos, por supuesto que se niegan a pasteurizar la leche, sus quesos son más caros, y con sabores más fuertes, con más personalidad, olores a moho, a establo, quesos ácidos, con ceniza no son del agrado de la chusma y este año ya hay varios amigos que han desistido. La mayoría han vendido sus cabras y ovejas para venderlas como carne y se han buscado la vida en la ciudad.
He escrito cartas a los periódicos, al Ministro de Agricultura, a revistas de Gastronomía y nadie me ha contestado.
Un autentico drama que parece que no le importa a nadie salvo a los afectados y a mí. Mis clientes no se quejan ya que ellos siguen disfrutando con los Comté, St, Marcelin, Stilton, Valencay, Parmegiano Regiano y los cientos de quesos extranjeros que tengo en la tienda.
Gran parte de la culpa de este drama la tiene "Quesos artesanos de España", una multinacional que tiene la desfachatez de llamarse así cuando hace la mayor parte de quesos horrorosos que se ven en TV y que se venden por miles y miles. Estos son los que han untado a nuestros políticos corruptos y que han, o están consiguiendo quedarse con la mayor parte del pastel del queso en España. 
Fabrican quesos de untar "para la merienda", quesos en Lonchas, (a cual peor)... Cuñas de Manchego insípido ya precortado listo para comer, (una autentica bazofia), quesos rayados para pasta, salsas preparadas para mezclar con la pasta y nosecuantas porquerías mas...
He estado dándole muchas vueltas al asunto,  y creo que no me puedo quedar cruzado de brazos, el QUESO ARTESANO me ha dado todo lo que soy, y me ha dado demasiada felicidad y placer para que yo ahora no le dé yo algo de mi parte.
Llevo 2 semanas prácticamente sin dormir y lo tengo claro, voy a cometer un acto terrorista, voy a volar la fábrica que tienen en Asturias. Durante estas noches de insomnio he estado visionando videos para la fabricación de bombas caseras, os sorprendería la cantidad de información que hay en Internet y lo fácil que es... 
Pólvora, Gasolina, Permanganato de Potasio, Mecha, y Nitrato de Potasio para hacer mucho humo y crear confusión son elementos fáciles de conseguir, no necesitas presentar tu DNI, y se encuentran al alcance de la mano.
En pocos días ya he conseguido reunir todo lo necesario y he fabricado una bomba enorme que llevaré en el maletero de mi coche. 
El plan es bien sencillo, he concertado una visita para la semana que viene, con la excusa de la tienda me abren las puertas, igual se piensan que les voy a comprar... He conseguido los planos y voy a colocar el coche cerca uno de los pilares de la fábrica, la bomba explosionará a las 15h00 justo en el momento que deba dejar la fábrica y cuando la mayoría de trabajadores hayan marchado, es posible que yo también muera en el atentando, he preparado un video reconociendo la autoría y explicando los motivos, que saldrá a la luz en 3 días si yo no lo evito antes. Mi muerte, si es que así sucede será un pequeño pago 
 Ha pasado una semana y hoy por fin es el día en que se va a hacer justicia, no he abierto la tienda, me he despedido de ella.
Durante esta semana me ha dado tiempo de hacer la bomba más y mas grande, pesa 285 kilos, es enorme y creo que si lo hago bien, todo saltará por los aires.
Me ha citado un tal Juan Alberto a las 11h30, es el encargado de comunicación de "Quesos artesanos de España". A la hora convenida llego con mi coche a la "fabrica" cargado hasta arriba, aparco justo donde había pensado, tenía una plaza libre esperándome, debe ser una señal, pienso... todo saldrá bien...
Me recibe el tal Juan Alberto con una bata blanca, un ridículo gorro de papel y unas ridículas bolsas de plástico en sus zapatos. Me hace disfrazarme como él, me miro en el espejo y me dan ganas de llorar, me explica que todo eso es para asegurar que no contaminemos la zona de elaboración. Pensé en todas las queserías que he visitado llenas de verdad, de olor y de sabor... en fin... patético.
Paso 3 horas con Juan Alberto visitando la puta fábrica, me enseña todos los secretos de su elaboración, al queso se le añaden saborizantes, texturizantes, colorantes, la leche proviene de toda Europa, (tienen la fabrica en Asturias por una cuestión de imagen, pensé…), leches de animales en cautividad, maltratados y de una calidad pésima. 
Me explica la importancia que tiene el packaging, la marca, las tendencias actuales, yo mientras tanto no me puedo creer todo lo que me está contando...
Finalmente me enseña sus números, su volumen de venta y su proyección el mundo y su estrategia de implantación, ahí ya me quiero morir, resulta que la fábrica de Asturias es como un escaparate, están fabricando queso en Marruecos, en Perú y en China, China es su próximo objetivo, se han propuesto vender rollitos de queso insípido a los chinos. El queso que sirven las cadenas americanas es suyo y su progresión año a año es impresionante. No saben dónde estará su techo, calculan que en 6 años algún producto suyo se podrá consumir en cualquier rincón del planeta.
Mi corazón me da un vuelco y pregunto por el lavabo, entro, cierro con llave y lloro como un niño, me doy cuenta de lo pequeño que soy, de que esta es una batalla perdida y de que es solo cuestión de tiempo. Sigo llorando... miro mi reloj, son las 14h45, solo faltan 15 minutos para que mi bomba estalle.
Vuelvo con Juan Alberto, y nos despedimos, tengo tiempo suficiente de marcharme de ahí pero mi instinto me obliga a ir hacia el coche.
Miro mi reloj, solo quedan 4 minutos, el coche está aparcado justo delante de la recepción, donde hay una enorme cristalera con el logotipo de la compañía.
Me quedo en el coche, mis ojos se vuelven a empañar, no puedo dejar de llorar, miro mi reloj solo queda un minuto, me limpio las lágrimas.
Enciendo el coche, pongo la marcha atrás y me pongo justo en frente de la recepción, sigo llorando. Pongo primera y piso gas a fondo, el coche atraviesa el cristal y golpea contra la gran pared blanca con el logotipo. Y... explosiona...

Fin.