Explicar con palabras las sensaciones vividas durante este
fin de semana con nuestra familia y amigos va a ser para mí un auténtico reto.
Ni en el mejor de mis sueños nunca pensé que todo podía ser
tan perfecto, tan sencillo, tan autentico y tan de verdad.
La familia y los amigos que venían de lejos, hemos estado
alojados en el Camping Tamarit, donde hemos tenido tiempo de poder disfrutar
los unos de los otros y de poder pasar tiempo juntos. Una autentica pasada el Camping, ha sido
genial.
La boda la celebró el Alcalde (que estuvo genial) en Les
Granotes, sobre el anfiteatro y el mar, un sitio precioso, que a partir de hoy
siempre recordaremos con muchísimo cariño.Gracias Jano. La novia, (que estaba guapísima)
llegoó
después que nosotros y nos tomamos todos juntos un aperitivo antes de
iniciar la ceremonia. Tiempo de saludos, besos y abrazos.
El Alcalde ofició la boda de una forma muy relajada,
sencilla, divertida y adaptándose a las adversidades.
Después pasaron Auri,
Ricard y Julia y cada uno de ellos nos emocionó a todos con unas palabras y
tras el SI quiero, y el intercambio de anillos llegó el momento cumbre de la
celebración.
No soy capaz de relataros el momento en el que mi Suegri,
cumpliendo una tradición de su pueblo, nos “disparó” unos caramelazos gordos y
duros como piedras. Ana avergonzada exigiéndole que parara, el Alcalde y yo protegiéndonos
la cara, aunque me parece que al Sr. Ballesteros le dio uno en la frente… y esa
señora de 87 años disparando como una auténtica
bombadera. Nada pudo pararla, ni el hermano de Ana, ni el señor Alcalde llamándola
al orden por el micrófono, no paró hasta que no le quedaron… vamos ni Pedro Almodóvar
en su momento más delirante se hubiese imaginado una escena así. Las casi 100
personas que ahí habían, muertas de la risa, y cuando ya casi no le quedaban se
acercó al Alcalde y le dijo: tenga, tenga… “pa sus hijos” coja unos poquitos, y
él educadamente con las manos llenas se lo agradeció.
Ayer me decía mi Suegri: Lo que más me pena es no haberle
podido dar unos caramelos a esa señora que había del ayuntamiento, (era la jefa
de Protocolo). Jajaja
En fin, que la realidad supera la ficción.
Después yo, que me había preparado un texto super chulo… me
lo olvidé y tuve que improvisar, y Ana que estuvo genial repartió unas flores
para unas personas especiales y les dedicó a cada una de ellas unas palabras
preciosas.
Después nos fuimos todos a Renau donde Xavi de Balandra
tiene ahí un restaurante llamado Les Tines de Renau. Al llegar nos estaban
esperando los chicos de la capoeira para darle una sorpresa a la novia que se cambió
en un minuto y todos juntos hicieron una exhibición. Momentazo también.
Vinazos a cargo de Ricard, Champagne Deutz, Borgoña blanco y
magnum de Raret.
Y después el menú que también fue muy autentico: caracoles,
gambas, cigalas, mojama, bacalao, hígado de rape, buñuelos, cañaillas, ostras,
mejillones, cabrito, cordero, rodaballo, atún, y no sé cuántas cosas más me
dejo. Con deciros que a las 20h00 todavía nos faltaba la carne.
Un gran plato de fruta y un precioso y buenísimo pastel,
(que siempre dijimos que no pondríamos, gracias Xavi y gracias sobre todo a tu
camarero. Genial!) fueron la previa para que Ana y yo inauguráramos el baile
(otra cosa que siempre dijimos que no haríamos, véase nuestro video pre-boda,
Gracias Pepe)
Después ya llegaron las copas y todavía tuvimos fuerzas para
acabar con un jamón Maldonado, unos quesos franceses que trajeron mis tíos,
coca en recapte, y coca de chocolate. En fin que la tradición romana de comer y
beber sin límite sigue más viva que nunca.
Me lo pasé genial, disfruté mucho y estuve (y sigo estando) súper
feliz por reunir a tantas personas especiales y geniales a mí, nuestro
alrededor.
Este será para mí un recuerdo para toda la vida. Lo dije, si
llego a saber que una boda es así no tardo 25 años en dar este pasó.
Muchas gracias a todos los que nos acompañaron en este día
tan especial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario